EDUARDO NICOL FRANCISCÁ

Figura destacada del llamado exilio español en México, nació en 1907, en Barcelona, donde cursó estudios de filosofía y se inició como docente en la universidad local. En nuestro país, a partir de 1938, adquirió la nacionalidad mexicana, revalidó estudios, obteniendo el grado de doctor en Filosofía, y reanudó su labor docente en la facultad respectiva de la Universidad Nacional: en su larga trayectoria sería titular de las cátedras de Psicología de la adolescencia, Historia de la filosofía griega, Historia de la psicología, Teoría del conocimiento y Metafísica.
En 1941, y en colaboración con Eduardo García Máynez, fundó el Centro de Estudios que con el tiempo se convertiría en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, y en 1954 el anuario Diánoia, que actualmente es una revista semestral, sin duda una de las publicaciones periódicas más prestigiadas en su género. También fue becario de las fundaciones Rockefeller (1945) y Guggenheim (1958-59).
Durante casi siete décadas impartió cursos y dictó conferencias en México y en el extranjero; entre las distinciones que mereció se encuentran el nombramiento de Profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Barcelona.
La problemática abordada en sus estudios puede verse reflejada en algunos títulos de su extensa obra: Psicología de las situaciones vitales (tesis doctoral, 1941), La idea del hombre, Historicismo y existencialismo. La temporalidad del ser y la razón, Metafísica de la expresión, El problema de la filosofía hispánica, La agonía de Proteo, Crítica de la razón simbólica. La revolución en la filosofía y Formas de hablar sublime. Filosofía y poesía, por ejemplo.
Falleció en la ciudad de México en 1990.
Los documentos de este fondo pasaron al Archivo Histórico en 2010, por donación de la señora Alicia Rodríguez Chapa, viuda del doctor Nicol, y dan cuenta de las contribuciones del personaje a la filosofía contemporánea en lengua española, a través de ensayos, ponencias, conferencias, discursos, proyectos de investigación y publicaciones; encontramos también temarios y apuntes de clase, además de correspondencia, testimonios diversos de su desarrollo: documentos de identidad, certificados de estudios, constancias de reconocimiento, fotografía (vida cotidiana, viajes, concurrencia a eventos), hemerografía y aun objetos personales.
El grueso del volumen, material de carácter académico, aparece foliado de origen (se habría organizado cronológicamente en el Instituto de Investigaciones Filosóficas) y se supone que por lo menos tres entidades culturales españolas disponen de microfilmes de dicho material, entre ellas la biblioteca Tomás Navarro Tomás, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
[A petición del donante, hay correspondencia y documentos personales en cuatro de las cajas cuya consulta se reserva por un periodo de 30 años.]