ESCUELA NACIONAL DE ALTOS ESTUDIOS/FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

La Escuela Nacional de Altos Estudios, creada en 1910 en el marco de la apertura de la Universidad Nacional, tenía como objetivos el perfeccionamiento de los estudios “que en grados menos altos” se hacían en las escuelas profesionales existentes, la provisión de “medios” para la investigación científica y la formación de profesores de enseñanza secundaria y superior.
Cometido tan ambicioso tuvo un desigual desarrollo y supuso frecuentes ajustes para atender tanto las humanidades (sobre todo lengua y literatura españolas) como las ciencias “exactas, físicas y naturales”, las “aplicadas” (medicina e ingeniería) y las sociales (historia y antropología), además de su rol como Normal Superior, que eventualmente incluyó la preparación de directores, inspectores y organizadores de establecimientos escolares.
La primera reorganización que se propuso (1923) resultó en la formación de departamentos a cargo de las disciplinas aludidas, que ofrecían “especialidades” diversas, algunas de las cuales no requerían estudios profesionales previos, por lo que se desvirtuaba la denominación de “altos estudios”; al año siguiente, por acuerdo de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la Escuela dio paso a tres instituciones distintas cuyo carácter sólo comenzaría a definirse a fines de esa década: una Facultad de Graduados, de breve existencia pero antecedente de las dependencias que se ocuparían de los estudios de posgrado propiamente dichos (hacia 1946); la Escuela Normal Superior, que quedó bajo la adscripción de la SEP en 1934, y la Facultad de Filosofía y Letras, que hacia 1931, ya escindida administrativamente de las otras escuelas, otorgaba los grados de maestro y doctor en Filosofía, Letras, Ciencias Históricas (incluyendo la geografía) y Ciencias (matemáticas, física y biología).
De manera transitoria (1934-1936) se denominó Facultad de Filosofía y Bellas Artes, cuando se pretendió que abarcara la enseñanza de arquitectura, artes plásticas y música.
En 1935 se agregaría un Departamento de Ciencias de la Educación y, finalmente, en 1938 tuvo lugar la fusión de los estudios sobre ciencias físico- matemáticas (y eventualmente los de biología) con los similares que se impartían en la Escuela Nacional de Ingeniería para dar origen a la Facultad de Ciencias, permitiendo a Filosofía y Letras el reordenamiento académico —que con pocas variantes subsistiría hasta principios de los años 50—, en torno a las secciones de Filosofía, Letras, Historia, Psicología, Pedagogía, Antropología Cultural y Geografía.
Durante el periodo reseñado, el plantel pasaría de su sede original, en la calle Licenciado Verdad, a su edificio emblemático, Mascarones, en Ribera de San Cosme.
A semejanza de otros fondos de Escuelas Nacionales, los materiales de este se seleccionaron de distintas remesas enviadas por el Archivo General, principalmente en las décadas de 1960 y 1970. Su organización partió de reconocer las series documentales procedentes de la Dirección (acuerdos, circulares e informes, entre otros), de la Secretaría (donde sobresalen por su volumen los registros de inscripciones, calificaciones y actas de exámenes), de la Biblioteca y de la Conserjería, así como una pequeña colección de folletos.